Scribble, la ficha.

» Nombre: Se llama Scribble, aunque le gusta ponerse a si mismo nombres extensos y con aspecto "noble". Detesta que le llamen Scree, aunque la gente, generalmente, no duda en hacerlo.

» Edad: Desde su creación, algo así como dos años y pico, aunque en cuanto a edad mental tiene bastante más.

» Especie: Garabato.

» Género: Masculino. Al menos, se comporta como un niño.

» Aspecto físico:

Se trata de una cosa diminuta, midiendo algo entre sesenta y setenta centímetros de altura. De cuerpo delgaducho y escuálido, su cabeza, en proporción a su pequeñito cuerpo, es gigantesca. Y no cabe decir que es pálido o nada similar, pues su piel es simplemente blanca. Sus ojos, también incoloros, son bastante grandes, posiblemente ocupando la mayor parte de la cara en cuanto a rasgos faciales. Los párpados y la zona de alrededor de los ojos es negra, posiblemente algún capricho de quien lo creó. Su boca es menuda y su nariz, respingona, también es pequeña. Su rostro, en general, es muy expresivo.

Su cabello, otra vez, es blanco. No tiene textura definida, aunque se parece al pelo rizado, pero tiende a ir hacia arriba en una maraña de pelo, parecido a un tupé pero no exactamente como tal. A causa de que su atuendo no tiene bolsillos y detesta ir arrastrando (porque es bajito) una mochila, guarda las cosas importantes en su pelo.

Su atuendo consiste en algo parecido a un "vestido" o un mono. De cualquier modo, este le queda grande y por ese motivo arrastra la parte trasera tras de si, y las mangas son tan largas que ocultan sus manos y cuelgan unos cuantos centímetros.

» Descripción psicológica: Básicamente, su comportamiento es bastante infantil. Al fin de al cabo, tiene la apariencia de un niño y la edad típica de un infante, pese a que puede hablar y es más inteligente que uno. De cualquier modo, su comportamiento es infantil: Si quiere algo lo obtendrá y no le importa gritar o patalear o hacer chantaje emocional.

En fin, es bastante inteligente (como si con ver el tamaño de su cabezota no fuese aparente), aunque a menudo no lo muestra. No tiene mucha paciencia, se aburre con gran facilidad y se distrae con cualquier cosa que pille. También pierde los nervios con mucha facilidad, y es fácil verlo gesticular exageradamente mientras profiere gritos con su aguda vocecilla.

Tiene una fobia irracional ante los borradores y todo aquello que se use para borrar en los dibujos. Esto se debe a causa de su origen.

» Historia: Érase una vez una niñita en las tierras de Ooo. Esta niñita era una persona curiosa y aventurera y creativa y unos cuantos adjetivos más. Y esta niñita tenía un cuaderno lleno de garabatos: Muchos eran flores, otros eran animales, algunos eran paisajes y pocos de ellos eran de criaturas con aspecto... bueno, antropomórfico.

En fin, uno de estos garabatos era nuestro Scribble,

Durante uno de sus viajes, aquella niñita se encontró con un anciano hechicero. Este le dejó pasar la noche en su morada (pues estaba diluviando), y a la mañana siguiente la niñita, agradecida, quiso darle algo a cambio, y decidió darle su cuadernito de dibujos.

Este descansó en las estanterías del hechicero durante mucho, mucho tiempo, hasta que decidió hacer limpieza, organizar sus libros y desempolvar sus pergaminos. Bueno, mientras movía los libros de un lugar a otro, el pequeño cuadernito de la niña aventurera cayó en el caldero del hechicero, aunque este no lo supo y al acabar con la limpieza decidió elaborar una poción, un mejunje, o él sabrá qué tenía intención de hacer.

¿Qué más hay que decir? Posiblemente se equivocó en alguno de los ingredientes, o quizá dijo mal alguna palabra, o quién sabrá qué hizo aquel mago, si no lo hubiese hecho a propósito, que al remover unas cuantas veces el caldero con un gran cucharón de sopa, vio que algo hacía resistencia al sacarlo. Pero el brujo tiró y tiró y sacó del caldero a una criatura pequeñita, que apenas se alzaba medio metro del suelo, más blanco que la leche y con un cabello que desafiaba la gravedad, que estaba vestido con... bueno, algo parecido a una camisa bastante más grande de lo que era su cuerpo.

En fin, el viejo brujo lo dejó sentado sobre una mesa mientras vaciaba los contenidos del caldero para ver qué hizo para que de lo que habría tenido que ser una poción (o una comida, ¿quién sabe?) acabase siendo un niño. Y vio los restos de aquel cuadernito de dibujo de la niñita que hace tiempo le había visitado, y soltó una risotada y llamó al niño monocromático "Scribble", o garabato.

» Otros datos: Tiene por arma un lápiz tan grande como su cabezota, y generalmente lo guarda en el pelo. Aunque de momento sólo es un lápiz y el único peligro que tiene es que puede pinchar con la parte afilada, espera poder encantarlo en algún futuro y así poder dibujarse espadas usables y todo aquello.